Ya votaron a Zapatero y todavía no han aprendido

Ya está el estropicio hecho, ya se han llevado a cabo todos los pactos municipales y autonómicos por parte de la izquierda y ya han sido nombrados todos los alcaldes y presidentes. Después del espectáculo una sensación tiene que recorrer el cuerpo de cualquier persona normal; esta sensación va desde el miedo a la pena más absoluta. 

Me da igual que me critiquen y que se metan conmigo sólo por juzgar a los nuevos responsables políticos por su aspecto exterior, pero, ¿se han fijado bien en sus caras y en sus pintas? No hay por donde cogerlos, no saben hablar, son revanchistas y no tienen ni puñetera idea de lo que tienen entre manos pero es que, además, tienen unas caras y unas pintas deplorables.

Hay un refrán que dice: "La cara es el espejo del alma", nunca mejor dicho el refrán, ¿donde van con esas jetas? ¿Que me decís del Kichi? Si, el nuevo alcalde de Cádiz, el novio de la Podemita. Cada vez que le veo tengo la sensación que está recién llegado de farra del after de divorciados de más de 45 y que el pedo todavía no se le ha pasado. Bien, pues ese es el alcalde de Cádiz, como se diría en términos futbolísticos: ¿Con quién ha empatado toda esta gente? Pues con nadie, absolutamente con nadie, nosotros como premio les vamos a poner nuestro dinero en sus manos para que hagan con él lo que quieran.

Es evidente que en este país no aprendemos, hace once años todos aquellos que ahora van de antisistemas por la vida votaron a un tal Zapatero; algo que ahora no reconoce haber hecho nadie. Esos más de diez millones de votantes de Zapatero hoy se han esfumado, ya no existen, nadie le votó. Pues ojalá me equivoque pero con estos me temo que va a pasar lo mismo de aquí a cuatro años. Cuando lleguemos y veamos que han hecho un agujero todavía más grande en las arcas públicas, entre otras cosas nadie reconocerá haberles votado. Pero a pesar de que los votantes de esta gente hoy escondáis en vuestras conciencias recaerá la responsabilidad de lo que habéis hecho.

Tiempo al tiempo, cuatro años pasan volando, veremos que queda de España en cuatro años.