Las buenas noticias escasean, disfrútalas
Llevaba tanto tiempo sin recibir una que ya no sabía ni como sonaban, ni como se pronunciaban y lo que menos sabía es como se encajaban, hablo de las buenas noticias. En esta vida tan dura, con tanto sufrimiento, con tantos frentes abiertos como tenemos todos pueden pasar años sin que recibas ninguna y al final no sólo no sabes como puedes encajar una buena noticia, tampoco te crees siquiera merecedor de ella.
Es tal la tendencia al sufrimiento que no recuerdo cuando fue la última vez que recibí una noticia así, una noticia que pudiera representar incluso un cambio de vida y proveniente, además, de una persona con la que todo el contacto que he tenido, aunque mucho, ha sido sólo telefónico.
He escrito muchas veces sobre la necesidad que hay ahora en España de una verdadera ley de segundas oportunidades para españoles que lo hayan pasado mal en estos terribles tiempos de crisis. He escrito muchas veces sobre la necesidad que para toda esa gente se pase página y se haga borrón y cuenta nueva dándoles así la oportunidad de empezar una nueva vida. Una nueva vida libre de cargas y de persecuciones recaudatorias, es algo que a mi siempre me ha parecido urgente.
Bien, eso es algo urgente, pero desde luego no lo es para nuestra casta política. Para nuestra casta política sólo es urgente lo suyo, su bienestar y el tener su culo lo más acomodado posible. Sus conciudadanos, los que les pagan, a los que se deben, son para ellos meros servidores que para lo único que valen es para pagar impuestos; para pagar lo máximo posible vistiéndolo todo bajo un supuesto manto de solidaridad completamente inexistente.
Es tal el pasotismo que tienen los responsables políticos con la gente que hemos sufrido, que lo hemos pasado mal y que hemos perdido nuestras pequeñas empresas con esta asquerosa crisis, que las oportunidades nos las hemos tenido que buscar fuera. Y desde fuera han venido, gente que lee de verdad tu historial laboral y que son conocedores de la calidad profesional y de la seriedad que tenemos los españoles y que tras unos cuantos meses de mucho trabajo y de muchos sacrificios te dicen: "aquí tienes tu segunda oportunidad, la que tu país no te da te la voy a dar yo porque te la mereces".
Cuando pasen los años esta época de nuestras vidas quedará escrita en muchos libros de historia, ha sido muy dura y muy complicada. Pero hay otra cosa que quedará escrito en nuestros libros de historia: la cantidad de gandules que nos han gobernado y que han vivido de nosotros, en lugar de vivir a nuestro servicio. Gracias por nada, Gobierno de España, los que no tenemos el culo como un campo de fútbol ya nos buscamos las salidas donde sea.
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