Manolo, o como confundir el culo con las témporas

De este señor, de Manuel Campo Vidal,  lo primero que hay que decir es que se nos coló en nuestras casas por televisión en el año 1983. En ese año gobernaba ya el PSOE nuestras vidas con lo que su filiación política queda bastante clara para algunos, entre los que me encuentro. Siempre me ha parecido este señor una persona correcta, sin muchas más pretensiones que presentar un Telediario y que lo hacía de una forma correcta, aunque de esos tiempos viene lo de llamar a los presentadores de los Telediarios "bustos parlantes".

A partir de ahí desconozco su biografía y no voy a indagar demasiado en ella porque no me interesa excepto para lo que pasó en el último debate entre el Rajoy y Sánchez. Hacía mucho tiempo que no asistía a un debate político tan lamentable, tanto que si te tapabas los ojos y sólo escuchabas te podrías haber podido imaginar que estaban debatiendo niños de, como máximo, quince años. Fue muy descriptivo lo que dijo el moderador del debate al principio, un debate es una selección de personal y ese debate era la selección para presidente de gobierno que íbamos a realizar los ciudadanos, lamentable.

Lamentable Rajoy porque menospreció la capacidad de Pedro Sánchez para debatir, eso no se puede hacer. Zapatero 2 se juega mucho en estas elecciones y de no salir con un buen resultado del debate es probable que a lo único que aspire a partir del día 21 de Diciembre es a ser un simple diputado. Menospreciar a un adversario, por muy flojo que sea, es primero una falta de respeto y en segundo lugar un error puesto que ya le estás dando una ventaja de entrada.

Lamentable Pedro Sánchez, no se puede insultar en un debate en el que te juegas ser presidente de gobierno, el insulto en un debate así evidencia una falta absoluta de argumentos. Pedro Sánchez llegó al insulto porque tire de donde tire de su partido no tiene nada de qué presumir. En la economía, la evidente ruina en la que nos dejó Zapatero, ese lastre va a arrastrarlo el PSOE durante muchos años. En corrupción tampoco, el partido responsable de los ERE de Andalucía y de los innumerables casos de corrupción heredados de la época de Felipe González no tiene nada de qué presumir. En la unidad nacional no se sabe si suben o bajan, en Cataluña dicen una cosa y fuera de Cataluña otra y mientras tanto son capaces de pactar hasta con los independentistas más radicales con tal de gobernar.

Lamentable Manuel Campo Vidal, no interrumpir un debate que uno es responsable de moderar no quiere decir que eso se convierta en la ciudad sin ley. Pedro Sánchez estuvo interrumpiendo todo el debate a Rajoy sin que Manuel Campo fuera capaz de intervenir y era necesaria su intervención porque no se entendía nada. No puede permitir que uno de los candidatos insulte al otro, debería haber interrumpido el debate y haber exigido, él mismo, unas disculpas al señor Sánchez. Había momentos en que daban ganas de decir lo de las ouijas: "Manolo, si estás aquí manifiéstate".