Leído en http://gaceta.es/ el 27 de Enero de 2016
"Si yo mando traeré la playa a Xàtiva. ¡Y se lo creyeron! ¡Se lo creen todo! ¡Serán burros! Y me votaron". Quien así hablaba ha dormido hoy en la cárcel. Alfonso Rus, como Camps conduciendo aquélFerrari descapotable por un circuito de Fórmula 1, acabó por ser su propia caricatura. Existe una grabación en la que se le escuchacontar dinero como se cuenta en las películas de Scorsese, solo que en valenciano.
Rus llegó a ser Alcalde de Játiva, presidente de la Diputación deValencia y uno de los hombres más poderosos de aquél PPvalenciano de los días de vino y rosas. Un partido invicto, que parecíaindestructible y que controlaba absolutamente todas las instituciones de la comunidad autónoma. Hoy han perdido todas las ciudades importantes, incluyendo las tres capitales. Han perdido la Diputación de Valencia (las de Alicante y Castellón se sostienen gracias a frágiles equilibrios de poder) y han perdido la Generalitat.
El PP de Valencia como síntoma
Cayeron, uno tras otro, todos sus hombres fuertes. Cayeron como caen las oligarquías de un régimen cuando el régimen se desmorona.Cayó Ricardo Costa. Cayó el presidente de la comunidad autónoma Francisco Camps. Cayó Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón y hoy ha caído Alfonso Rus, expresidente de la Diputación de Valencia. Esto respecto de las élites, porque la macrorredada de ayer también ha metido a los cuadros medios por decenas en furgones policiales. 24 detenidos y 29 investigados, que es la nueva fórmula con la que la justicia denomina a los imputados.
La operación se esperaba, no ha sido una sorpresa; sí su dimensión –más de medio centenar de altos cargos- y, sobre todo, el momentoescogido: en mitad de las (frágiles) negociaciones para formarGobierno en Madrid.
El juzgado de Instrucción número 18 de Valencia, la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada y la Guardia Civil han descabezado al partido que todo lo pudo. La investigación ha acudido al que considera el epicentro de la corrupción: la Diputación de Valencia. Y ha caído Rus, pero también su mano derecha MáximoCaturla, ex vicepresidente de la Diputación. Y María José Alcón, ex concejal de Cultura en los gobiernos de Rita Barberá. Y Juan JoséMedina, ex alcalde de Moncada y hombre muy cercano a Alfonso Rus. Y Emilio Llopis, alcalde de Genovés y ex jefe de Gabinete de Alfonso Rus. Y David Serra, ex diputado en Les Corts y vicesecretario regional del PP valenciano. Y Mari Carmen García Fuster, mano derecha deRita Barberá durante sus 24 años de alcaldía. La ex alcaldesa, por cierto, “está tranquilamente en su casa”, según contaban en el partido. Tan tranquila como tranquilo estaba Alfonso Rus sólo 24 horas antes.
Rajoy se marcha
La política valenciana se condujo, durante la última década, por los caminos de la altanería, la excentricidad y la sensación de inmunidad.Rajoy, su complicidad, o en el mejor de los casos su inacción,llevaron a esto. Hoy corrupción y pepé son conceptos cosidos en la mente de los españoles. Y por eso se perdió la Generalitat Valenciana y por eso el presidente mendiga ahora una mano salvadora que le conceda sesenta diputados.
Según cuentan a Gaceta.es fuentes próximas a las negociaciones, esa mano no llegará. No al menos para Mariano Rajoy. Llegará, es posible, para el Partido Popular, más no para Mariano. Rajoy se marchaporque sabe que es parte del problema. Lleva semanas informando de ello este periódico. Está cercado por casos de presunta corrupción que, dice, ni vio ni escuchó. Está cercado por las iniciales “M.R.” que si antes daban lustre a sus camisas ahora acusan en papeles decontabilidad B. La otra pata de este banco, CIudadanos, por boca deGirauta, lo dejaba ayer meridianamente claro argumentando que rajoy no puede abanderar la lucha contra la corrupción.
A su heredera natural, Soraya Sáenz de Santamaría, le ha explotado el escándalo Acuamed justo en los días en los que se dirimirá el nuevo liderazgo. Un escándalo tan extrañamente inoportuno como el de lasdetenciones valencianas y del que, además, ha informado detalladamente EL PAÍS, no ha mucho aliado de Santamaría. Su número tres, Federico Ramos de Armas, ha caído. La vice, que nunca contó con apoyos dentro del partido, se descuelga de las apuestaspor la sucesión.
Las cartas que permanecen sobre el tapete
Lo ha dicho Felipe González: abstención socialista para un gobierno popular. Y lo reclaman también los exministros de ambos partidos reunidos en la Fundación España Constitucional. Y es lo que podría estar ocurriendo según cuentan a este periódico fuentes muy cercanas al proceso de negociación. La abstención de los socialistas facilitaría la investidura del Partido Popular, eso sí, cobrándose la cabeza delpresidente en funciones.
La operación estaría avanzada hasta el punto de que Rajoy ya estaría jugando la carta de José Manuel García Margallo como sucesor. El ministro de Exteriores es amigo personal del presidente y hombre de su máxima confianza; y llegado el momento actuaría de cortafuegos si las cosas, judicialmente hablando, se pusieran feas para el gallego.
Soraya también tendría a su propio candidato en la terna; se trataría del hombre que junto con Fátima Báñez y Cristobal Montoro forma su núcleo de confianza en el Consejo de Ministros: el actual ministro de Sanidad en funciones Alfonso Alonso. Y se habló de esta posibilidad el fin de semana en el cementerio de Polloe en San Sebastián. Se celebraba el homenaje a Gregorio Ordóñez en el XXI aniversario de su asesinato y algunos de los asistentes, algunos cercanos al ministro, daban verosimilitud a esta posibilidad. El propio Alonso, presente también en Polloe, habría respondido con un lacónico “ya veremos” a la pregunta sobre su candidatura.
Alberto Núñez Feijóo completaría la terna de nombres que se barajan para sustituir a Rajoy. Al presidente de la Xunta le preceden los éxitoselectorales, algo de lo que no muchos compañeros en el partido pueden hoy presumir, y su condición de hombre de consenso. Feijóo ha permanecido ajeno a las luchas de poder y a los disensiones internas. Su condición de independiente, lejos de restarle opciones,podría catapultarle. Desde luego su nombre está sobre el tapete. “Yo apostaría a esa carta”, confiesa a Gaceta un importante miembro delpartido.
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