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El "cambio" de un gobierno "progresista"


Lo normal cuando se tiene que dar una mala noticia a alguien es disfrazarla un poco para que no sea tan dura y sea asumible por el receptor de tal noticia. "Murió, pero fue rápido y no sufrió". "Me he roto el brazo izquierdo, peor hubiera sido el derecho que es con el que escribo". Estamos continuamente con frases similares que sólo sirven para que nuestro cerebro asimile la noticia y se de cuenta que todavía podría haber sido mucho peor.

Tanto antes como después de las elecciones los socialistas, Podemos e incluso Izquierda Unida no han hecho más que vendernos un futuro e hipotético gobierno, envolviéndolo con papel de regalo. El "gobierno del cambio", "el gobierno de la gente", "un gobierno progresista", todo muy camuflado y bien vestido para que todos nos creamos que un gobierno de izquierdas va a ser algo espectacular. Hay sobre todo ciertas palabras que cuando la gente las escucha les provoca excitación mental e incluso falta de lucidez.

Un cambio no tiene porque ser a mejor, también hay cambios a peor, y parece que esa palabra, la de cambio, siempre tiene que ser buena. Parece mentira que cuando un político de izquierdas promete en España lo está haciendo con nuestro dinero, no va a llegar Lenin desde el cielo a regar nuestras casas con billetes de 500 €. Simplemente de lo que tenemos, de lo poco que tenemos, nos van a quitar más, simplemente eso. Ellos dirán que van a ser las rentas más altas, pero vamos a ser todos porque las rentas más altas son precisamente ellos y sus amigos.

Y después lo más grave será que esos que les han votado, que tanto presumen de solidaridad teórica son los menos solidarios en la práctica y los primeros que empezarán a poner el grito en el cielo. Si ahora se hiciera una encuesta por la calle daría como resultado que a Zapatero no le ha votado casi nadie, y fueron más de diez millones. Diez millones que, en su mayoría, ahora están escondidos sin reconocer con valentía que cuando tienen que coger la papeleta para votar son unos auténticos descerebrados. Lo peor de todo es que no lo pagan esos ciencias solos, su falta de cerebro la pagamos todos. 

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