Qué fácil es conseguir el aplauso fácil

Si hay un cantante que me gusta de verdad y al que admiro ese es Bruce Springsteen. Una de las espinas que tengo clavadas es no haberle visto nunca en directo y la casi segura imposibilidad de hacerlo en un futuro, dada su edad. Springsteen no tiene necesidad de hacer nada para vender más o que la gente vaya a sus actuaciones, simplemente con sus antiguos temas intemporales arrastra a gente de todas las edades. 

Hoy he visto que Springsteen era tendencia en Twitter y me ha sorprendido. Normalmente cuando aparece algún nombre así, de repente, es porque le ha pasado algo, pero en este caso no ha sido así. El motivo ha sido la suspensión de un concierto en Greensboro (Carolina del Norte) como consecuencia de una ley que obliga a los transexuales a ir al servicio público que les corresponda biológicamente. 

No voy a entrar en ningún debate sobre esa ley, que por un lado me parece bastante lógica. Entiendo que exista esa ley o no exista las personas irán a los servicios públicos que les de la gana porque dudo que haya un policía en cada uno de ellos indicando si puede o no puede entrar. Me parece que hay un afán desenfrenado últimamente por la gente en general en que tengamos claro con quien se acuesta cada uno. Sobre todo si es un hombre que le gusta acostarse con hombres o una mujer que le gusta acostarse con mujeres.

El respeto ante el derecho lógico de que cualquier persona se pueda acostar con quien quiera comienza por el propio anonimato. Yo no llevo un cartel indicando mi heterosexualidad a todo el mundo ni entiendo que un homosexual tenga por qué hacerlo. Entendiendo y respetando la homosexualidad, entiendo y respeto de igual manera la transexualidad. Lo único que pido a unos y a otros es que no nos den información no solicitada, explicar a alguien con quien, como y cuando me gusta acostarme lo veo ridículo e incluso un poco absurdo. Hay muchas veces que creo que no es más que un intento de escandalizar a gente que, no sólo no va a escandalizarse, es que tampoco les importa.

Existe una lucha continua por conseguir derechos y normalizar ciertos asuntos, como este de la homosexualidad, donde ya están normalizados. Europa y Estados Unidos no son precisamente zonas demasiado complicadas para los homosexuales o transexuales, salvo raras excepciones. No entiendo que Springsteen organice un concierto, libremente, en una ciudad y de repente se de cuenta de que en esa ciudad existe esa ley y acabe suspendiendo el concierto. Me parece simplemente un golpe publicitario que no entiendo, porque yo entiendo que él no lo necesita. 

Los efectos realmente devastadores de acciones como esta de Springsteen se conseguirían en lugares donde los homosexuales, no sólo no fueran respetados, si no que son encarcelados e incluso ejecutados. Es muy fácil y cómodo protestar donde las cosas ya están prácticamente resueltas, lo difícil es hacerlo donde están los problemas de verdad. Gustándome Springsteen como me gusta y admirándole como le admiro, creo que esta vez se ha equivocado. No veía yo tan necesario para su carrera un golpe publicitario de este tipo, pero debe ser que si le hacía falta de verdad. A partir de ahí, gracias a la fama que le precede y tocando un tema tan cargado de populismo, llega el aplauso fácil y las tonterías. Que de todo ello si que andamos sobrados en este mundo occidental.