"Okupa", a ver si lo entiendo

Los okupas, esa gente tan simpática de la que tanto escuchamos hablar últimamente parece que todos tenemos claro lo que son, pero pocos nos hemos parado a pensar en ello. Digamos que son unos tipos que van invadiendo propiedades privadas que no son suyas y las van convirtiendo en algo suyo. Es decir, no creen en la propiedad privada de los demás y si en la suya porque cuando ocupan una propiedad de otros después no se les echa ni con agua hirviendo. Su filosofía se podría resumir en una frase: "lo tuyo no tienes derecho a que sea tuyo, pero en cuanto yo aparezco lo convierto en mío".

Es evidente, en realidad si que creen en la propiedad privada, pero en la suya claro. Los demás tenemos que pagarles el alojamiento, la luz, el agua...y, si se tercia, tendríamos que poner además la cama. Es curiosa la noticia de Barcelona de los okupas de Gracia. El Ayuntamiento de Convergencia les pagaba el alquiler, 5.000€ nada menos, a cargo de todos los habitantes de Barcelona y, ahora que nos hemos enterado todos, se manifiestan los que eran mantenidos en lugar de los engañados pagadores. 

Es lógico que se manifiesten, pobres, se vive muy bien de la sopa boba y cuando te lo cortan todo en seco sienta fatal. Lo curioso es que quien se lo ha cortado es quien más ha fomentado a los okupas durante mucho tiempo, Ada Colau. ¿Alguien lo entiende? Ahora claro, los chicos tienen que exigir al ayuntamiento seguir viviendo del cuento y, para conseguirlo, nada mejor que destrozar todo y zurrar a la policía (ciudadanos al fin y al cabo que también pagaban el alquiler a esta panda de vagos).

Como en este país lo de "el mundo al revés" es lo normal la alcaldesa, que nunca iba a acabar en la política, pide mesura a la policía. Unos vagos vividores de los demás destrozan una ciudad porque el ayuntamiento, "sorprendéntemente", se niega a seguir pagándoles el alquiles (con el dinero de todos). Los vagos se enfadan, lo destrozan todo, atizan a la policía y la alcaldesa pide mesura a la policía. Todo muy coherente y muy lógico. Tras todo esto no queda nada más que decir que los habitantes de Barcelona lo que tienen que hacer es disfrutar de lo votado.