Les vemos en mercados, en bares, en tiendas, llamando a la puerta de casa. Les vemos poniéndose en situaciones en las que sólo les vemos durante quince días cada cuatro años. Nos cuentan historias, nos hablan de niñas, de mujeres, de personas mayores, de dependientes. Nos hablan de todos ellos pero, en la mayoría de los casos, nos hablan de personajes inventados, no reales. Nos hablan de personajes creados por los guionistas de su partido a los que nunca han visto, conocido, y mucho menos saludado.
Nos hablan de trabajadores, trabajadoras, españoles, españolas, ciudadanos o ciudadanas. Gente de la que lo único que van a saber en los próximos cuatro años es que, con su trabajo y su esfuerzo, les van a pagar sus suculentas nóminas al final de cada mes. Nos cuentan historias que, y esto me sorprende cada día más, a medida que pasa el tiempo cada día cree más gente. Vivimos pensando que somos más listos, más inteligentes, más preparados y más atinados, pero seguimos cayendo en la trampa; mucho más de lo que caían los "desinformados" de nuestros abuelos.
Vivimos pensando que vivimos en libertad y bajo una maravillosa democracia, pero no nos damos cuenta que trabajamos seis meses del año para mantenerlos a ellos, a los hipócritas. A los hipócritas que han aparecido en los últimos meses más de la cuenta, pero que desaparecerán otra vez en breve. En cuanto recojan nuestros votos fruto de nuestra ignorancia. Hipócritas que dentro de poco pasarán de ser no sólo hipócritas, serán también unos mentirosos que han quedado en evidencia. ¿Qué más da? Prometer hasta meter, una vez metido se acabó lo prometido.
Deberías perder un minuto en ver el vídeo que acompaña a este twit. Este es un hipócrita al que las cámaras han dejado en evidencia en menos de un minuto.
#SinPalabras @Belen_Larios @PastorRodri @diegoesp94 @plopezribera2 @MarIntegracion @bugambilla26 @escafint @CarlBle pic.twitter.com/6XQEZD98hZ— Fernando Molina Alén (@fmolinaalen) 19 de junio de 2016
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