Cuando leía por primera vez hace muchos años "Un mundo feliz" de Aldous Huxley parecía que estaba leyendo ciencia ficción. En mi cabeza rondaban pensamientos tales como "esto no puede ocurrir nunca", "imposible" o "menuda imaginación". Que los seres humanos fueran creados artificialmente como en una linea de fabricación en la que, los nacidos en cada línea de producción, fueran diseñados para un fin productivo determinado parecía mentira. La deificación de Ford, el soma para evitar la tristeza, etc...me parecían planteamientos surrealistas.
Pero no, parece que Huxley no andaba muy desencaminado en su libro. Parece que no fue más que un adelantado a su tiempo y un futurólogo porque todo eso ya lo tenemos aquí y además bien visto, tal y como sucede en su libro. Ya sé que los niños siguen viniendo al mundo de la misma forma y no en una línea de fabricación. Pero ya se empieza a producir esa selección anti natural en el vientre de la madre eliminando a los "inservibles" como si se tratara de material defectuoso. Se fomenta la eutanasia, en lugar de la lucha por la vida y tenemos drogas bien vistas para evitar estados de infelicidad y provocar una felicidad artificial. Lo peor es que todo eso está bien visto, la cultura de la muerte, la selección anti-natural y el subidón anímico artificial se considera lógico y bueno. Estamos supeditando nuestras vidas a una cuenta de explotación. Nos están metiendo en la cabeza que formamos parte de una línea de facturación en la que debemos eliminar las posibles pérdidas para obtener beneficios. En breve nos plantearán que las enfermos graves y los ancianos es preferible eliminarlos para evitar gastos a las arcas públicas.
Leo que a partir del 30 de Junio de 2017, si el parlamento no lo remedia, se aprobará una ley para que personas con deficiencias "mentales, intelectuales o sensoriales" no se puedan casar sin un dictamen médico que lo autorice. ¿Buscando la perfección? ¿Por qué no son directamente esterilizados y se dejan de disimulos absurdos e increíbles? No nos movemos, le damos a la tecla para protestar, pero nadie somos capaces de movilizarnos para que no se sigan cometiendo tantas aberraciones con tantos semejantes mucho más indefensos que nosotros. Solo nos movilizamos cuando hay algo que nos afecta a nosotros directamente. Es como los accidentes de tráfico, que nunca pensamos que nos pueda pasar a nosotros. Nos puede dar más o menos pena, pero nos quedamos mirando como las vacas al tren, sin hacer nada. Lo peor de todo es que hay demasiada gente que no solo no se moviliza, lo ve como algo bueno para la sociedad. Seguimos en el rebaño y consideramos al que no quiere seguirlo como un loco y un tarado al que se le recrimina su actitud. Habrá que despertar algún día, ¿no? A lo mejor nos damos cuenta de todo cuando seamos unos ancianos con alguna enfermedad grave y alguien nos ponga una jeringuilla porque lo único que ocasionamos son gastos. Entonces será demasiado tarde.
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