Cuando la chulería se convierte en ministro

Pocos argumentos tenemos los votantes del PP en las últimas elecciones para defender la gestión de gobierno del sr. Rajoy y la inmensa mayoría de sus ministros, salvo raras excepciones. Realmente muchos le creímos, incluido yo, cuando era líder de la oposición y defendía las bajadas de impuestos como principal arma para acabar con la crisis en la que estamos sumidos desde hace ya varios años.

Una vez toma posesión del cargo de presidente de gobierno no tardamos ni cinco minutos en darnos cuenta que nos había mentido, la falta de imaginación y de recursos para solucionar la crisis le ha hecho tirar por el camino más corto para generar ingresos que no es otro que la subida radical e indiscriminada de impuestos.

Para lograr ese objetivo nombra ministro de Hacienda a una de las personas más chulas y lamentables que yo recuerdo haber visto como ministro en alguno de los gobiernos de España, Cristobal Montoro.

Este señor, Montoro, que habrá sido niño alguna vez, me le imagino en su colegio como el típico niño al que todos sus compañeros de colegio le daban collejas y decía entre dientes "os vais a enterar".

Es increíble como este señor en muchas ruedas de prensa o discursos parlamentarios, ante comentarios incómodos de contrincantes o periodistas su único argumento era el de amenazar con una inspección tributaria al contrincante, lo nunca visto.

Ante el grave error, o no, cometido con el DNI de la Infanta no sólo ha pedido disculpas a la Casa Real, lo cual no ha hecho antes con nadie, si no que nos hemos enterado que hay ciertos sectores de la población española, entre los que se encuentra la Casa Real, que sólo puede ser revisado en Hacienda por un reducido y seleccionado número de funcionarios.

Pero lo más grave que yo he visto de este ministro chulo y déspota se refiere a la implantación del 21% de IVA para las empresas que prestan el servicio de comedor escolar, del cual están exentos, con el único afán de recaudar.

Parece increíble que en un país como el nuestro, en el que las informaciones apuntan a que hay unos 2500000 de niños que están viviendo por debajo del umbral de la pobreza, llegue un ministro como este y tome semejante medida. El comedor escolar es una tabla de salvación para esos niños, sus padres no pueden proporcionarles una alimentación equilibrada debido a su situación económica y el comedor escolar se la proporciona.

Pues bien, el indecente Montoro ha dicho que esperará a ver que le dice la comisión europea sobre este asunto pero que mientras tanto el impuesto sigue en pie. De momento la comisión europea la única respuesta que ha dado es que va a pedir explicaciones España del por qué de ese impuesto cuando la legislación europea permite eximirles de su pago.

Montoro, yo no le deseo ningún mal a nadie, pero deberías pasar tú, aunque solo fuera una semana, el sufrimiento de unos padres que no pueden dar de comer de una manera adecuada a sus niños, yo no lo he pasado nunca pero sólo de pensarlo se me ponen los pelos de punta.