El Rey, español o cualquiera

Hay cierto vocabulario o, mejor dicho, cierta forma de expresarse de la peloteril casta periodística española refiriéndose al Jefe del Estado que si la leyéramos hace 40 años o hace 200 nos sonaría igual de chirriante: El Rey, como un español cualquiera. 

No lo soporto cada vez que la escucho me pitan los oídos, me pongo malo, pero que pelotas que son y que mentirosos. En una frase con sólo seis palabras que cantidad de mentiras y sandeces se dicen, es incomprensible. Por supuesto que es como cualquiera. el ser Rey no implica que vaya a ser una especie de ente extraño que está por encima del bien y del mal, por supuesto que es como cualquiera, pero en Rey. Toda esa palabrería, esa forma de hacerle la pelota, esa sumisión ha provocado que todo en el Rey se viera como algo de un ser casi divino.

Han sucedido muchas circunstancias extrañas alrededor de la familia Real últimamente y todas esas circunstancias han provocado que la frasecita tuviera otro sentido para mi, pero no el que los periodistas pelotas le querían dar. Me he dado cuenta que el Rey no es un español cualquiera, efectivamente está por encima del bien y del mal. 

Un español cualquiera no se va a cazar elefantes de forma habitual. Un español cualquiera no puede utilizar su trabajo para ingresar un extra en comisiones. Un español cualquiera no tiene una doble vida con su mujer y su amante. Un español cualquiera no puede evitar el peso de la ley si algún familiar ha cometido un delito. Un español cualquiera puede ser despedido de su trabajo. Un español cualquiera no tiene accidentes a diario. Un español cualquiera no tiene la vida resuelta desde que nace. Un español cualquiera no puede hacerle préstamo multimillonarios a sus hijos. Un español cualquiera es investigado por Hacienda cuando tiene presuntas irregularidades. A un español cualquiera no se le abren todas las puertas por ser quien es. A un español cualquiera no le regalan un yate.

Hace tiempo un conocido periodista radiofónico se refería a él como el primero de los españoles añadiéndole el trato esa pluscuamperfecto y cuasi divino de Su Majestad. Efectivamente, el primero de los españoles, pues el primero de los españoles debería ser un ejemplo a seguir y, con el paso del tiempo, se nos está demostrando que no es ningún ejemplo, más bien todo lo contrario.

Yo no soy ningún republicano izquierdista extremo, de estos que van con la bandera tricolor haciendo el tonto por la calle. La República Española fue un desastre y una vergüenza y la izquierda gobernando es nefasta, tampoco soy ningún monárquico. En realidad creo que me da igual, lo que quiero es que quien esté sea honesto y luche por nuestro país. Yo lo que quiero es quien esté sea, efectivamente, el primero de los españoles. Quiero que quien esté sea un español, pero no quiero que sea un cualquiera.