Colocar jueces, en eso si se ponen de acuerdo.

En esta democracia de cartón piedra en la que vivimos desde hace ya casi cuarenta años los representantes políticos, sean del signo que sean, nunca se ponen de acuerdo en nada. Prefieren el hundimiento de su rival político a que, ese posible acuerdo, sea beneficioso para todo el país. Son como grandes empresas nacionales, con su consejo de administración, cuyo único objetivo es obtener unos buenos resultados electorales a la espera de la subvención estatal correspondiente. El concepto de servicio al ciudadano, que es para lo que en principio están, es prácticamente inexistente y su fin es el beneficio del partido y sus miembros.Son incapaces de renunciar a nada si eso puede provocarles un perjuicio en sus expectativas electorales.

Con la que está cayendo, con lo que todos hemos visto de esta casta política en los últimos años, sólo hay una cosa en la que han conseguido ponerse de acuerdo partidos políticos de todos los signos, la elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial.

Nada menos que seis de estos grupos se han puesto de acuerdo para colocar amiguetes en el consejo:

PP, PSOE, IU, CIU, PNV y UPN.

ES justo resaltar que UPyD se ha mantenido al márgen de esto, no sabemos si por no estar de acuerdo con el reparto o por no estar de acuerdo con elegir a los jueces de esta forma, pero es digno de mencionar.

Debemos ser los españoles una rara especie en peligro de extinción, lo que estamos permitiendo a la casta política roza lo absurdo. Si algún día la historia estudia el comportamiento de nuestra sociedad en los últimos cuarenta años es posible que llegue a definirnos como una sociedad completamente aborregada. Que este tipo de cosas se hagan de una forma tan descarada así lo demuestra, si la casta política hace todo esto delante de nuestras narices que no hará a nuestras espaldas.

Seleccionar al juez que posiblemente llegará a juzgarte algún día en caso de cometer un delito es algo que nos gustaría a todos. Dentro de la sociedad española la proporción de delincuencia por cada cien habitantes es bastante baja, con lo cual no es algo que a una persona normal le preocupe demasiado. Pero dentro de la casta política la proporción de delincuentes es altísima, roza lo inaudito. Estamos permitiendo que esa casta seleccione a quien le va a juzgar. Está claro que así nos encontramos con casos de corrupción tan descarados protagonizados por políticos en los que nunca pasa nada.

Yo viendo todo esto llego a una única conclusión, esta democracia en la que vivimos es un tipo de democracia manipulada por los partidos. No me puedo creer que esta democracia sea la habitual en otros países de nuestro alrededor, donde éste tipo de casos absurdos no se dan. En realidad es una partitocracia en la que al pueblo se le deja respirar un poco, pero sólo un poco, hasta donde a los partidos les interese o quieran permitir. Ésta es la peor de las dictaduras, la dictadura vestida con un manto de falsa democracia.