No preocupa la amenaza, preocupa la falta de ducha.

Se ha hecho muy famoso en Cataluña y en toda España, ha sido portada de informativos y de periódicos, se ha hablado de él, se ha hablado de su sandalia y se ha hablado de las palabras que ha dirigido a Rodrigo Rato. David Fernández, así se llama el diputado del CUP, no es un nombre muy catalanizado que digamos pero, seguro que David algún día solucionará ese problema que, aunque menor, no deja de serlo para alguien que pretende llevar su catalanidad y su independentismo por bandera.

EL señor Fernández, don David, le dirigió al señor Rato frases lapidarias que en boca de otro darían que pensar pero en una boca como la del señor Fernández no provocan más que una media sonrisa:

- "Ha llevado usted una guerra económica contra los pobres".

- "Ha promovido la guerra de Irak".

- ¿"Tiene usted miedo a perderlo todo como millones de familias en España y que un día la gente se harte"?

- "Te espero en el infierno, hasta luego gangster. Fuera la mafia".

Es curioso ver la actitud de un sujeto como el señor Fernández hacia el señor Rato, hace no más de cinco años el señor Fernández habría dado un brazo y una pierna, incluso las dos, para que un presidente de una caja de ahorros, como el señor Rato, le permitiera estar en el consejo de dirección de la misma. Le recuerdo al señor Fernández que en estos consejos de dirección había sindicalistas, socialistas y comunistas, gente con la que el señor Fernández seguramente también se encontrará en el infierno.

Pero las amenazas del señor Fernández no son para tomárselas en serio, no son más que lo que son, amenazas de un diputado mafioso, representando a un partido mafioso y con un recorrido bastante limitado. Ya forman parte del paisaje político catalán, nunca se había visto ni se verá en otra igual, simplemente aprovecha su minuto de gloria. Lo más preocupante de todo es como un parlamentario puede ser tan marrano e ir con esa pinta a un parlamento. Esas sandalias mugrientas, sólo pensar como tendría los pies me produce nauseas. Esa camiseta remangada por encima del codo y ese pendiente en la oreja en forma de aro que tiene que ser un acumulador de porquería en la oreja de ese sujeto.

Señor Fernández, diga lo que quiera, ataque al señor Rato, enfréntese a España, a los españoles, a la banca, a la mafia, enfréntese a quien quiera. Habría que haberle visto por un agujerito enfrentarse al señor Rato en privado, seguro que su valentía no sería tal. Le repito señor Fernández diga lo que quiera, pero vista de una forma más apropiada, guárdese esas pintas para ir a la playa o a alguna cadena humana o, quizás, a alguna manifestación del 15M, pero a un parlamento, a un parlamento no señor Fernández. A lo mejor con mejor pinta le escuchamos y todo, pero así no señor Fernández, así no, así va usted hecho un marrano.

Lávese, señor Fernández.