La Greina y dyo...

Llega la noche más esperada del año, pero no por las bobadas esas de cenar en familia, de volver a ver a los tuyos, de estar con los niños, de la alegría de la Navidad, que va. Esta noche llegará, si no se pega un castañazo de aquí a entonces, el discurso del Rey, el del tartamudo no, el del nuestro, el que vive de nosotros y contra nosotros.

Si, ese, el que se hace llamar el Jefe del Estado, pero sólo por lo de Jefe, lo de Estado vamos a olvidarnos de ello y vamos a acordarnos más bien de por donde se pasa el asunto de la secesión de Cataluña, si, por ahí, por donde más le gusta, por el arco del triunfo. Pues bien, se admiten apuestas, no se sabe muy bien si utilizará el recurso de me he vuelto a equivocar. O quizás utilice el de que los españoles somos todos iguales ante la ley. Deben estar las cabezas pensantes de la Casa Real echando humo. 

"Tendrá que hablar de la Infanta Cristina, de Urdangarín, de Felipe, de Letizia, de como va su matrimonio, del paro, del secesionismo, de la crisis, de la pobreza..." 

En días como hoy los empleados de Casa Real se ganan el sueldo de verdad. Bueno hoy y últimamente todos los días porque estos chicos de la Familia Real es que no les dan tregua. 

Yo les hago una sugerencia, les sugiero que hablen del dineral que se lleva de comisiones por ser  nuestro Jefe del Estado. Que confiese de una vez como lo ha hecho para tenernos tan terriblemente engañados durante tanto tiempo. Que diga donde tiene guardado el inmenso patrimonio que posee. Que nos confiese cuál es el próximo paso que van a dar sus amigos masones con respecto a todos nosotros, a los españoles. Bueno o si no que vaya al cotilleo puro y duro y nos diga cómo se llama su última churri.

Adaptando la frase del cura en las bodas que confiese de una vez o calle para siempre. Ya está bien de medias tintas, ya está bien de mamandurrias y de mantenerse toda la familia a nuestra costa sin dar ni chapa. Los últimos artículos que he publicado sobre ellos han sido demasiado políticamente correctos y la verdad es que ya acaba uno hasta las narices. Acaba harto de la caradura con la que su hija y el inútil de su yerno se han enriquecido a nuestra costa.

Que de el discurso esta noche y que lo vea el que quiera, yo no lo he visto nunca, estoy demasiado a gusto con mi familia como para perder el tiempo oyendo sandeces y mentiras almibaradas. ¿Que prefieres, a "Su Majestad" o a los langostinos a la plancha? Pues los langostinos hombre, tal y como están los tiempos oportunidades como estas no se dan todos los días.

Nota del autor: ¡Feliz Navidad!