Nos hemos quedado todos de piedra con la fulminante destitución de Pedro J. Ramirez como director del diario "El Mundo". Llevaba ya tantos años dirigiendo el periódico, además de ser uno de sus fundadores, que ya parecía incluso parte del paisaje. Han sido muchos los casos de corrupción y muchos los escándalos que ha destapado el periódico, creo que es el único diario que realmente se dedicaba a practicar un verdadero periodismo de investigación. Se podrá estar más o menos de acuerdo con su director pero su gran labor en el esclarecimiento de casos muy oscuros es evidente.
Son muchas las razones que se barajan para la destitución de Pedro J. Una es la económica, al parecer el diario atraviesa por una situación económica bastante delicada y el consejo de administración habría decidido la sustitución del actual director con el fin de enderezar el rumbo. Podría ser un motivo válido, e incluso podría ser un motivo, pero dada la urgencia con que se ha despedido a Pedro J. no habría sido el único bajo mi punto de vista.
Lo que si cultivaba el ya ex director del diario "El Mundo" era enemigos. No dejó títere con cabeza en sus investigaciones. El PSOE, el PP, IU, el gobierno de González, el gobierno de Zapatero, el gobierno de Rajoy, sindicatos, el 11M, ETA e incluso la casa Real. Ayer estuve viendo su discurso de despedida de la redacción y hubo una frase que me hizo mucha gracia: "ni yo me he casado con Urdangarin ni soy la cadera rota del Rey en Botswana..." creo recordar que la frase era algo así. Es evidente que en el país de los corruptos el culpable siempre es el mensajero y, a pesar que soy uno de los convencidos que en la prensa española tampoco es oro todo lo que reluce, esa es una verdad como un templo. A Pedro J. lo que le ha pasado es que cuando se ha salido un poco más de la cuenta de los límites del camino se le ha cortado la cabeza en seco.
Y una gran crítica para el ya ex director, mucho se ha metido con la corrupción política, cierto, pero con la corrupción económica de grandes oligopolios de este país tipo petroleras, eléctricas y telecomunicaciones, a esas prácticamente ni tocarlas. Claro la pela es la pela y los anunciantes son los anunciantes. Es lo que tiene la masonería, parece que te dejan hacer pero en realidad haces hasta donde ellos quieren.
magnífico artículo: SOBRESALIENTE.
ResponderEliminar¡Muchas gracias Enrique!
ResponderEliminarMe ha gustado a mí también tu artículo. Yo creo que ha sido sustituido por criticar las instituciones del poder, en este país eso no se puede hacer
ResponderEliminarMe ha gustado a mí también tu artículo. Yo creo que ha sido sustituido por criticar las instituciones del poder, en este país eso no se puede hacer
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