Las perlas del reTardádo.

Penós q directius d'empreses alemanyes, enriquides gràcies al nazisme i còmplices d milions d'assassinats, critiquin el nacionalisme català
— Joan Tardà i Coma (@JoanTarda) febrero 11, 2014

Los políticos nacionalistas catalanes han puesto en marcha, desde hace ya mucho tiempo, una bomba que a medida que se acerca la hora de su explosión tiene toda la pinta de acabar explotándoles en sus propias manos. Ahora mismo esa bomba va pasando de mano en mano y ninguno se atreve a mantenerla mucho tiempo no sea que el momento de la explosión llegue y sean las suyas las que acaben destrozadas.

El ansia de poder que tienen, que para eso si son muy españoles, provocan pactos de lo más extraños. Tuvieron el tripartito y ahora tienen el cada vez más extraño pacto entre CIU y ERC. El señor Mas, con tal de mantener su puesto, hace suyo el discurso radical de Esquerra y cuando suceden estas cosas gente que, en teoría era algo más prudente, se vuelve todavía más radical que sus propios aliados.

Hace unos días la asociación de empresarios alemanes residentes en Cataluña emitió un comunicado. En este comunicado expresaban la preocupación que sentían ante la deriva independentista de Cataluña y advirtieron que ellos habían invertido allí amparados en una seguridad jurídica y económica que, con una Cataluña independiente, no van a tener. También advirtieron que, bajo su punto de vista, la posible independencia de Cataluña sería nefasta tanto para Cataluña como para sus propios intereses.

Las reacciones del nacionalismo catalán no se han hecho esperar y en especial las del más descerebrado, las de Joan Tardá. En un tweet publicado recientemente por el indocumentado diputado de ERC, Tardá acusa a los empresarios alemanes de nazis y de cómplices de millones de asesinatos. 

Si por algo se han distinguido los catalanes desde siempre es por su inteligencia, por su capacidad de trabajo y por su capacidad para generar emprendedores. La casta política en España, en general, es de un nivel ínfimo, la calidad de los políticos españoles es cada vez menor. Pero en el caso de los políticos catalanes este nivel roza unos límites realmente preocupantes por los que cualquier persona normal llegaría incluso a ser declarada incapaz, se le llegaría a incapacitar. Si la regeneración política en España es urgente, la de Cataluña lo es mucho más por los riesgos que está acarreando, no sólo para España, también, y sobre todo, para los ciudadanos catalanes que tienen la mala suerte de tenerlos más cerca.