Antes partía que doblá.

Ella es uno de los ejemplos claros del tipo de ministro que le gustaba a Zapatero. Se dice que el mediocre se rodea de gente más mediocre que él para que nadie destaque por encima de él. Esto es lo que debía pensar Zapatero cuando nombraba ministros colocando a candidatos fácilmente mejorables. Hasta en un partido, como el socialista, es seguro que habrá gente mucho más válida que la que finalmente fue nombrada ministro.

No se si será por lo anteriormente expuesto o por las famosas cuotas pero finalmente una persona como Magdalena Alvarez fue nombrada ministro, y de Fomento nada menos. Cada vez que la señora Alvarez abría la boca subía el pan. Las barbaridades que llegó a decir siendo ministra hacen todavía más increíble el pensar que aguantó en el puesto desde 2004 a 2009. Era evidente que los méritos para tan dilatada carrera política no era su capacidad intelectual, ni yo, ni muchos alcanzamos a comprender que clase de méritos eran los que poseía semejante elemento, pero Zapatero la mantuvo contra viento y marea.

Recientemente ha sido declarada por la juez Alaya como imputada en el caso de los ERE de Andalucía y le ha sido impuesta una fianza civil de veintinueve millones de euros. La corrupción política en general y la andaluza en particular apestan pero, lo que más apesta, es que a pesar de haber infinidad de políticos implicados en diversos asuntos de corrupción la mayor parte de ellos son definitivamente exculpados casi siempre por arte de birlibirloque.

En el escándalo de los ERE de Andalucía son ya tantos los imputados que no llegamos ya ni a mantener en nuestra memoria el número de personas implicadas. Políticos, sindicalistas, empresarios, trabajadores, demasiados para un escándalo de unas proporciones económicas escandalosas. A la casta política y judicial le debe estar empezando a preocupar el asunto sobremanera, pero no les preocupa el escándalo en si, les preocupa que la juez Alaya siga tirando de la manta. Debe ser este el motivo por el que la valiente juez ha sido apartado de la investigación de la UGT, más por miedo a lo que pueda descubrir que por otra cosa.

Lo peor y más curioso de este asunto son las conclusiones a las que llega gente como el ex presidente de la Junta Chaves, este, en unas declaraciones, se queja del afán justiciero de la juez Alaya. Querido Manolo, declaraciones como esas son una declaración de culpabilidad en toda regla. Si gente como Chaves no tuviera nada que ver en el asunto, se alegraría de esa investigación precisamente para demostrar su inocencia y que ese asunto quedara totalmente esclarecido. La oposición que tanto UGT, como CCOO, PSOE e IU están ejerciendo en esta investigación demuestra bien a las claras que no están precisamente contentos con las investigaciones. Esa oposición demuestra que tienen auténtico terror a que sus chanchullos sean definitivamente descubiertos. Y mientras tanto en Andalucía, las encuestas, dan como vencedores a los mismos de siempre, increíble.