Poca gente debe haber en España que no recuerde que hacía, donde estaba y cómo recibió la terrible noticia aquel 11 de Marzo de 2004. Yo me acuerdo perfectamente, recuerdo las palabras exactas con las que me lo contaron y recuerdo haberme quedado llorando y viendo horrorizado la televisión en aquel hotel de Barcelona donde estaba por motivos de trabajo. Nunca una habitación de un hotel me había parecido tan fría y desangelada como aquella habitación donde yo me encontraba. Pocas veces había necesitado tanto estar con los míos para compartir esos momentos de dolor y esa tristeza, que estoy seguro, nos invadía a todos.
Era la Feria de la Alimentación de Barcelona y en todas partes se hablaba de lo mismo, todos deambulábamos por aquel inmenso recinto parándonos a mirar las novedades y los productos presentados en la feria pero con la cabeza en otro sitio. En todas partes las palabras eran las mismas, "vaya tragedia lo de Madrid", "creo que ya van 50 muertos", a medida que el día iba pasando el número de muertos iba aumentando. Nadie daba crédito a lo que había sucedido, el terror, la sorpresa y la tristeza eran la nota predominante. Yo llamé a familiares a Madrid para interesarme por ellos y no les había pasado nada, pero la reacción en todos ellos era la misma, las lágrimas y el horror.
A medida que el día iba pasando y las cifras de muertos iban demostrando la gran magnitud de la tragedia el sobrecogimiento y la tragedia eran aún mayores. La gente con la que me cruzaba sentía las muertes de esas 191 personas como si todos fueran familiares directos. Había algo de cada uno de nosotros en esas muertes y, con el paso del tiempo, yo creo que una parte de todos nosotros murió con ellos aquel terrible día. Nada de eso me sorprendió, me pareció normal.
Lo que más me sorprende es como han cambiado las cosas diez años después. Ahora es como que nadie quiere saber nada de ello. Está prohibido preguntar, está prohibido dudar e incluso mal visto. Te tienes que conformar con lo que te digan como si fueras un borrego al que llevan a diario a pastar. Cada vez que llega el 11 de Marzo de cualquier año sólo oyes palabras vacías de los políticos, sean del signo que sean, "dejar claro a los terroristas que no consiguieron su objetivo", "todos estamos con las víctimas". Mentiras y palabras huecas.
Mi respeto y recuerdo a todas las víctimas, siempre van a estar en nuestra memoria.
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