Cuéntame cómo pasó.

Llevan con la serie infinidad de temporadas con un éxito indiscutible. En esta temporada, y para sorpresa de muchos, hemos descubierto que Antonio Alcántara pone los cuernos a su mujer. Increíble, no lo esperábamos nadie, todo esto se desarrolla en el día en que se conocen los resultados de las elecciones de 1982 y la trama principal transcurre mientras Antonio y Mercedes Alcántara están esperando los resultados electorales en la sede electoral del CDS, con el consabido batacazo. Llegan a su casa, Mercedes echa de casa a Antonio, con el fondo músical de una preciosa canción de Mercedes Sosa (Todo Cambia). Lágrimas, tristeza, pero, ¿es ese el fin del capítulo y la temporada? No, el fin del capítulo y la temporada es la victoria electoral de Felipe González, la alegría en las calles, los vítores al recién elegido Mesías socialista y los saltos de alegría de los tres hijos mayores de los Alcántara ante la sede del PSOE mientras Felipe se asomaba a la ventana puños en alto. 

Y esto que es, ¿un simple relato de un hecho histórico?, no lo creo, el relato del hecho histórico es una simple excusa para darle aún más bombo al PSOE en general y a Felipe González en particular. La excusa perfecta para la exaltación de un izquierdismo del que esta serie ha hecho gala desde su primer capítulo, en el que los personajes que han ido apareciendo a lo largo de su historia con una tendencia política de derechas eran prácticamente unos delincuentes violentos. Vence Felipe González las elecciones y da igual lo que ocurra alrededor, la España de blanco y negro se convertía en una España color de rosas. No es eso precisamente lo que recordamos muchos de los que vivimos todos aquellos años, pero para los guionistas de esta serie parece que es lo más importante.

Pero la noche temática socialista no acabó ahí, tras mi juramento de no volver a ver esta serie llega el remate final, llega el programa "Ochéntame otra vez", programa que a mi me gustaba, y digo me gustaba en pasado. ¿Y de que iba "Ochéntame otra vez? Pues, como no podría ser menos, de la victoria electoral de Felipe González en 1982. Si la serie anterior fue un auténtico autobombo socialista este ya era la exaltación del líder y del PSOE más absoluta. Aparecía Alfonso Guerra, como siempre, encantado de haberse conocido. Aparecía Julio Feo, el chófer de Felipe González, periodistas varios y, todos, declarando su infinita admiración por "su querido líder" y reconociendo que besaban el suelo que pisaba ese ser extraordinario que iba a gobernar España durante tantos años. El resto de partidos que aparecieron a lo largo del programa eran meras comparsas para más exaltación del maravilloso Felipe González. 

Si este programa hubiera sido emitido en el año 1983, por ejemplo, es posible que todos los espectadores que lo hubiéramos estado viendo nos lo hubieramos creído, pero estamos en 2014, han pasado ya muchos años y todos hemos visto lo que hizo Felipe González como presidente del gobierno, auténtico adalid y promotor de la corrupción política moderna. El antes presidente y ahora consejero de eléctricas millonario y perrito faldero de Carlos Slim no tiene mucho de que presumir.

Estos dos programas de la televisión ESTATAL no han hecho un mero repaso a un hecho histórico, han realizado una auténtica apología del socialismo en vísperas de una campaña electoral para unas importantes elecciones europeas. Las elecciones europeas son importantes porque el PSOE y su líder se juegan mucho, dado que son las primeras elecciones después de la victoria apabullante de Rajoy en las últimas elecciones generales, para mi una auténtica vergüenza.

Queridos Alcántara, a mi ya me habéis visto el pelo, me importa un bledo lo que suceda con vuestro matrimonio.