Empezó como siempre, acabó como siempre.

Banderas republicanas, banderas autonómicas, pero, sobre todo, banderas comunistas coloreaban el desfile de los asistentes a la llamada marcha por la dignidad que el día 22 de Marzo asaltó Madrid. Me imagino que el apellido de la llamada marcha por la dignidad será algo así como de los pueblos de España, de los ciudadanos de España, del pueblo español...pero lo que no había era ni una sola bandera española. Yo pertenezco al pueblo español, soy un ciudadano más, si hubiera querido ir no habría podido puesto que los que asistieron iban de la mano de comunistas y sindicalistas que a mi, y a muchos como yo no nos representan.

Los insultos que hemos recibido por parte de muchos asistentes a través de las redes sociales han sido de lo más variados: fascistas, ultraderechistas, ignorantes...han llegado incluso a llamarme patriota y religioso a modo de insulto. Religioso no soy pero, aunque no lo sea, no lo considero yo ningún insulto, y lo de patriota no me importa, me gusta. Ya se veía con estos tipos de mensajes que el ambiente estaba bastante caldeado y, por lo que se ve, muchos de los asistentes bastante cargados, de todo menos de pacifismo.

Este tipo de concentraciones tienen ya un guión preestablecido, incluso ya circulaban mensajes antes de la concentración indicando que debían hacer los asistentes en caso de ser detenidos, que abogados los representarían y a que teléfonos recurrir. Es curioso que después de todas ellas, y con los antecedentes que he citado, se hable de provocación de la policía para justificar la violencia. La policía, provocadora, ya tiene a más de 50 de sus miembros heridos, que mal provocan los pobres, tienen que aprender a hacerlo mejor. Mira que es difícil provocar sin tener bien calculadas las consecuencias. Cuando los "provocados" tengan un problema, les roben, les golpeen o cometan un delito contra ellos tendrán que recurrir a la policía provocadora, ¿con que cara se presentarán a pedirles ayuda? Probablemente con la que tienen, mucho más grande que su espalda.

Es lo de siempre, empieza como siempre, acaba como siempre, la misma historia una y otra vez. Van de la mano de los que lo único que buscan es tener un poder político cada vez más grande, lo que no consiguen nunca en elecciones lo intentan conseguir en las calles. ¿Dignidad? Poca vergüenza diría yo, la dignidad se gana no se roba, ni se rompe, ni se quema. La dignidad no se tiene golpeando a un trabajador, que es lo que es un policía, la dignidad y el respeto se ganan. Pretenden acabar con la corrupción política y con los problemas de España con violencia. Al final esa violencia sólo genera más violencia y, los políticos corruptos asisten al espectáculo fumándose un puro, también los políticos corruptos organizadores de estas marchas tan "dignas". Ellos se van muy dignos de las concentraciones mientras los borregos hacen el trabajo sucio.