Hay veces que la gente busca problemas donde no los hay, ve fantasmas donde no hay ni siquiera muertos o se imagina cosas raras donde sólo hay normalidad. El pasado viernes el hijo de Adolfo Suárez apareció en público para hablar de la salud de su padre, dio una rueda de prensa en la que anunció la muerte inminente del que fuera primer presidente de la democracia debido al gran deterioro de su estado de su salud. La rueda de prensa nos sorprendió a todos, a mi el primero, pero dentro de la sorpresa que me generó me pareció lógica e incluso emotiva, una rueda de prensa en la que un hijo anunciaba la muerte de su padre.
Yo no vi más allá de la tristeza que producía ver algo así, el hecho del inminente fallecimiento de una persona tan conocida y que esta fuera anunciada por su hijo. No me puse a pensar en los hechos que iban a suceder al día siguiente con la famosa marcha por la dignidad y las manifestaciones de Madrid. Ni me paré a pensar en eso hasta que entré en internet esa misma tarde, fue entonces cuando ya directamente comencé a alucinar. Los partidarios de las manifestaciones de Madrid denunciaban que este anuncio era una cortina de humo promovida por el gobierno para atenuar los efectos de la famosa manifestación que se iba a producir. Pero, ¿como es posible que alguien pueda pensar algo así?
Ya el hecho que piensen que el gobierno ha promovido algo así me parece verle tres pies al gato, pero pensar que además el hijo del propio interesado se hubiera prestado a semejante farsa, directamente, me parece ciencia ficción. Se llegó a decir que la muerte no iba a ser tan inminente para justificar la historia de la supuesta cortina de humo. Parece mentira que diga esto gente cuyas manifestaciones acaban siempre igual, en batalla campal. Parece mentira que lo diga gente que provocan ellos mismos su propia cortina de humo al dar cabida a violentos entre sus filas. Que se lo hagan ver, cuando acaba una de sus famosas manifestaciones ya no sabemos muy bien lo que pedían porque, como siempre, han acabado hiriendo a policías y destrozando media ciudad en la que se estén manifestando.
Definitivamente Adolfo Suárez ha fallecido y la rueda de prensa de su hijo, aunque sorprendente, no era ninguna invención ni del gobierno ni de la familia del ex presidente. Los que ven tantas conspiraciones a su alrededor que miren primero dentro de su casa antes de mirar en la de los demás. Sus conspiradores y cortinas de humo van a su lado manifestándose y, normalmente, van encapuchados, son fáciles de identificar. Si quisieran sería fácil acabar con ellos, otra cosa es que quieran.
Esa es la cuestión, que no quieren que se vayan porque está claro que son el brazo camorrista, los que les hacen el trabajo sucio mientras ellos pretenden quedar como héroes, pero, lo que consiguen es el mar sabor de boca que deja el populismo chapucero. M .D. Antequera.
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