Eran estas unas elecciones europeas importantes para los dos grandes partidos de este país. Para el PP lo importante era comprobar, no sólo la valoración de la ciudadanía en general sobre su legislatura, si no la valoración que harían de ella sus votantes habituales, entre los que me incluyo, o más bien me incluía. Para mi el resultado no puede ser peor, a pesar de su victoria, algo tiene que hacer el Partido Popular para parecerse al que todos creíamos votar en las últimas elecciones generales. Parece que, de momento, desde la dirección del partido no han captado el mensaje y se dan por satisfechos con los resultados a pesar de la evidente sangría de votos.
Para el PSOE estas elecciones significaban un último y definitivo examen para su secretario general y para la cúpula del partido. El desastre del PSOE ha sido todavía más grande que el del PP, y mira que es difícil, cosechando uno de los peores resultados de su historia. Las consecuencias dentro del PSOE han sido fulminantes, el químico anuncia su retirada, pero no inmediata, convoca un congreso extraordinario para Julio, por supuesto manejado por él, en el que se elegirá también un nuevo secretario general en el partido que intentará manejar el, evidentemente.
¿Por qué es tan difícil para esta gente irse simplemente? Yo creo que los motivos son muchos. Para empezar los favores prestados y los amiguismos se tienen que pagar de alguna forma, si Rubalcaba se va, sin más, es posible que quien llegue haga una limpia general dentro del partido y que muchos amigos del químico salgan mal parados, eso Rubalcaba lo va a evitar a toda costa. El afán de poder y de manipulación de estos personajes es tan siniestro que son incapaces de irse de un sitio sin dejarlo todo atado y bien atado. Y los "muertos" que están escondidos en el armario, que los habrá, hay que hacerlos desaparecer lo antes posible no sea que quien ocupe su despacho sea algún enemigo y le acabe pidiendo cuentas.
Dicen que van a hacer algo, que han captado el mensaje, que van a cambiar, pero ninguno lo va a hacer en realidad. Serán distintos perros pero con el mismo collar y, al final, todo consistirá en continuar con el engaño lo máximo posible, les va en ello su jubilación. La imagen que yo tenía de los políticos, o quizás fuera sólo en teoría, es que eran gente que luchaban por el bien de sus conciudadanos, menudo inocente que era. Su único fin es su bienestar y el de los suyos, y cada vez más porque ahora tienen miedo a perder privilegios.
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