Creo que para toda persona de bien y, sobre todo, para
todo español de bien es obligado cuando llegan estas fechas rendir homenaje a
la figura de Miguel Angel Blanco. Todos nos acordamos de lo que hicimos
aquellos días, de donde estábamos, de con quién estábamos y que pensábamos.
Todos recordamos la fatídica noticia de su secuestro y todos sabíamos cuál iba
a ser el desenlace final. Estamos hablando de ETA, son unos asesinos cobardes y
con los asesinos cobardes no hay sorpresas, siempre matan.
Salimos
a las calles con nuestras manos blancas, salimos todos, eso si que fue una
marea humana. Toda España se unió y acorraló a los terroristas, pero no sólo en
un sentido teórico, también en el práctico. Los terroristas y los imbéciles que
les jaleaban no se atrevían a salir a la calle, eran muy pocos comparados con
los millones de personas que estábamos en su contra. Fueron 48 horas de
sufrimiento y todos sabíamos que aquello no iba a acabar bien.
Pero
visto todo eso ahora, con la perspectiva de 17 años más tarde, parece un
espejismo. El número de personas que saldría a la calle hoy sería más o menos
el mismo que salió entonces, con una salvedad, la de los partidos políticos, en
teoría democráticos. Desde el primero hasta el último en estos 17 años han
traicionado la memoria de Miguel Angel Blanco, desde el primero hasta el último
nos han traicionado a todos. Ya no respetan nada, ni siquiera a los muertos, ni
siquiera a nuestros muertos, ni siquiera a sus muertos.
Hoy
tenemos a ETA metida en las instituciones, en el Parlamento Español, en
ayuntamientos, en diputaciones, hoy a ETA la mantenemos nosotros con nuestro
dinero. Hoy las víctimas tienen que dar dinero de sus impuestos para mantener a
sus verdugos, para mantener a los que mataron a sus familiares. Hoy ETA está
ganando.
¿Y a cambio de que? Me
pregunto. ¿A cambio de que no maten más o a cambio de que no hablen? ¿De qué
tiene miedo la casta política española? ¿Por qué les temen? Esas preguntas muy
probablemente nunca tendrán respuesta. Es mucho más importante para los
políticos ahora vendernos palabras huecas, vendernos condenas al terrorismo
mientras por otro lado les dan siempre lo que quieren. ¿De que han servido 1000
muertos? Que nos hubieran vendido y traicionado antes y nos habríamos ahorrado
toda esa sangre.
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