Embriones congelados, padres con cerebros crudos

Tenía que pasar algo así para que algo tan aberrante saliera a la luz y produjera un cierto debate sobre el asunto. La actriz Sofía Vergara y su ya ex-pareja Nick Loeb decidieron congelar unos embriones fecundados de la actriz mientras eran pareja. Como suele pasar con estas parejas nada es para siempre y al cabo del tiempo decidieron romper, se fue cada uno por su lado. Ahora se encuentran con un problema: los embriones fecundados, Sofía Vergara quiere destruirlos y Nick Loeb quiere que eso embriones sean implantados en otra mujer puesto que él desea ser padre.

Muchas pegas tiene este asunto, ¿verdad? La primera la de los embriones congelados, esa lucha contra la naturaleza de tener un hijo a la carta es aberrante, pero también es aberrante el afán de querer hacer negocio de todo, algo así como que se juntan el hambre y las ganas de comer. Lo moderno ahora es que para cualquier persona sea mucho más importante su carrera profesional que su vida familiar; como toda nuestra vida ya se ha acabado supeditando a nuestros trabajos no queda más remedio que tener hijos cuando venga bien a nuestro trabajo, o mejor, al trabajo de la madre. Creo que vivimos con una confusión en nuestras prioridades bastante importante, las empresas multinacionales y los grandes dirigentes del mundo deben estar encantados de lo importante que es para nosotros ser productivos, mucho más que ser padres cuando nosotros queramos; ¿quien dirige nuestras vidas?

Después está esa mentalidad de usar y tirar trasladado a alguien tan delicado como tus propios hijos. Esa pareja decidió en su momento congelar esos embriones, sus hijos, y ahora como han roto, uno de ellos decide que lo mejor es destruirlos, ¿a tus propios hijos? La falta del cerebro de los padres perjudica a los más débiles, a los hijos, como siempre. La postura de Nick Loeb me parece mucho más adecuada, y espero que no sea sólo para fastidiar a su ex-pareja, esos embriones desde el momento de su fecundación son seres humanos, no son ningún objeto que cuando no interesa se tira.

Ya no sólo es la falta de cerebro al tomar una decisión, fecundar y congelar unos embriones, es la falta total de personalidad y asumir la consecuencia de unos actos propios. Y después todos nos consideramos seres independientes, individuales y libres para tomar nuestras propias decisiones. Mentira, noticias como estas demuestran que cada vez lo somos menos.