De vuelta al redil

Si, si, ya se que hacía mucho que no me veías, pero lo entenderás, ¿no? Parece mentira, después vas presumiendo por ahí de sabelotodo, de estar al cabo de la calle de todo y de estar viniendo cuando yo voy. ¿Y todavía me preguntas los motivos de mi ausencia? que sepas que como se que me estás tomando el pelo y que los sabes perfectamente, no te los voy a contar, no te voy a repetir algo que tú ya sabes para que se te ocurra echarme algo en cara o leerme la cartilla.

¿Que me echabas de menos? Fíjate que lo dudo, pocas veces te imagino sólo o sin estar charlando con alguien. ¿No te quejas a veces de exceso de trabajo? ¿De exceso de peticiones? Total, para el caso que haces a muchas de ellas mejor ni escucharles y crear falsas expectativas, ¿no? 

Se que quizás pueda parecer un poco egoísta pero si vuelvo a hablar contigo es por una promesa que me hice a mi mismo, si, por esa, no me hagas repetir algo que ya conoces; no me hagas pasar por tonto, se que a veces disfrutas haciéndolo, pero conmigo no lo hagas. Yo te pedía que me escucharas, pero sin pedírtelo y como se ha cumplido prefiero pensar que ha sido porque de verdad me has escuchado, a lo mejor no, pero ya sabes ante la duda mi cerebro se queda más tranquilo pensando que tú has mediado en algo.

De momento ya sabes que mis charlas van a ser cortas e incluso un poco cortantes, me conoces perfectamente, pero creo que poco a poco volveré a coger confianza otra vez y todo me resultará mucho más fácil. De todas formas yo creo que lo importante es que ya nos conocemos mucho, no esperes mucho de mi porque yo tampoco lo espero de ti; creo que lo importante es dejar esta premisa clara porque mi enfado ha sido muy grande, y mira que yo no soy rencoroso.

Esto en realidad es un: vamos a darnos otra oportunidad. Vamos a ver que tal funciona, aunque ya sabes que segundas partes nunca han sido buenas, ¿o esta es la tercera? ¿O la cuarta? O...yo que se.