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Ni es tan bueno el calor, ni es tan bueno el verano

Crímenes como los de Puerto Hurraco se han producido también durante
el mes de Agosto.
Hoy me he desayunado con una trágica noticia más de las que se dan frecuentemente todo el año, pero más si es verano. El batería del grupo Los Piratas, Javier Fernández, fue abatido de un disparo después de que este atacara a su mujer y a la Guardia Civil que acudió a la llamada de la misma. Si leemos la noticia al detalle veremos que una de las cosas que más se destaca en la misma es el evidente estado de nerviosismo en el que Fernández se encontraba.

Yo no soy psicólogo, ni policía, ni abogado, ni siquiera soy medico, ni nada que se le parezca, pero observo que durante el verano se producen una serie de crímenes terribles entre familiares, con parricidios o infanticidios que siempre hacen que esta época del año se tiña de sangre de una manera especial. Es posible que la cifra de terribles crímenes no sea tan grande en número, por lo corto que es el verano, pero si en el impacto que provoca la crueldad, el ensañamiento y los propios protagonistas de estos actos.

En estos días, y sin ir más lejos, se ha producido también el 25 aniversario de los famosos crímenes de Puerto Hurraco, un suceso ocurrido también durante el mes de Agosto. 

El verano es una época agradable por las vacaciones, por la temperatura y por la situación laboral de casi todo el mundo de quizás más relajación e incluso vacaciones; pero está claro que los calores intensos y sofocantes avivan el mal humor y la violencia. Al pasar mayor tiempo conviviendo con los familiares, sobre todo esposas e hijos, y el evidente grado de excitación que un calor sofocante puede provocar en una persona no demasiado normal genera en muchos casos escenas terribles.

Es difícil tener memoria para todos los casos de asesinatos violentos e incluso de accidentes graves de los que vamos siendo informados a lo largo de nuestra vida. Es imposible mantenerlos en nuestra cabeza por la crueldad de los mismos y por el daño que provocan sus recuerdos, pero estoy seguro de algo: de los más terribles que nos podamos acordar los tendremos asociados con el calor e incluso con nuestro propio periodo vacacional.

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