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¿Recuerdas que las cajas de ahorro eran bancos públicos?

Muchos son los directivos de antiguas cajas de ahorro que, por uno u otro motivo, han ido pasando por el juzgado. La última sentencia de la que hemos tenido noticia afecta a Caja Castilla la Mancha y a su ex-presidente, Juan Pedro Hernández Moltó, que ha sido condenado a dos años de prisión por camuflar las pérdidas galopantes que había sufrido la caja. Todos los directivos que de un tiempo a esta parte han ido pasando por el juzgado lo están haciendo de una forma bastante discreta. Nos enteramos de alguna noticia sobre los juicios, pero poco a poco las informaciones se van difuminando no llegando a enterarnos en la mayoría de los casos de las sentencias.

Es curioso que habiendo sido tan sumamente gravosa nuestra experiencia con los bancos públicos, hemos tenido que aportar millonadas para que no cayeran, todavía siga habiendo gente que los defienda. Esta gente tan socialista, comunista o podemita que piensa que todo el sistema financiero funcionaría mejor si fuera público y, sobre todo, si lo manejaran ellos. Eso es lo más importante, que lo manejaran ellos, como si nuestra experiencia con lo público y políticos izquierdosos gestionándolo fuera maravillosa. Es evidente que las pérdidas en una empresa pública nunca provocan su caída porque el estado sigue inyectando dinero sin freno, ya sabemos que el dinero público no es de nadie.

Intentar vendernos las bondades de un fiasco, como han sido las cajas de ahorro, sólo porque los gestores vayan a ser otros es, o tomarnos por tontos, o considerarse ellos demasiado listos. Todavía habrá gente que lo justifique y lo aplauda, nueve de cada diez cerebros de los que nos rodean están absolutamente huecos a la espera que alguien decida por ellos y les indique lo que es bueno, o lo que es malo.

Esta es otra parte más de esa película que nos han vendido del maravilloso estado del bienestar que consiste en que des a otro tu dinero para que lo maneje por ti. Para que lo utilice, por ejemplo, para mantener a vagos que finalmente acabarán a su servicio a cambio de esa limosna que es mantenida con dinero de otros, con el tuyo. Mentiras, engaños que por ser aplaudidos por lo que ahora justifica todo, la mayoría, los demás nos tenemos que comer con patatas. Pues lo llevan claro.

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