Que hablen los terroristas, como en cualquier democracia nórdica

Hay pocas cosas que me hayan llamado la atención de la entrevista de Jordi Évole con el terrorista excarcelado Otegui, más bien ninguna. Y digo que pocas cosas, o ninguna, me han llamado la atención porque no la he visto. Me niego a ver una entrevista de un personaje que defiende y justifica el asesinato, la extorsión y el tiro en la nuca como método negociador para defender una ideología política. Creo que ETA ha usado siempre la independencia de Vascongadas como una excusa, pero en realidad no son más que unos delincuentes asesinos con necesidad de excusa.

Lo que si me ha hecho gracia, por llamarlo de alguna forma, es la forma de arropar que han tenido varios compañeros de A3Media a Évole. Una de las que más gracia me ha hecho es la ínclita Ana Pastor, reina de todos los saraos y metepatas oficial del reino; metepatas que va de diva en lo que a periodista se refiere. Esto ha dicho y esto le he contestado yo por Twitter.

Insultar a @jordievole por la entrevista a Otegi demuestra que estamos muy lejos de las democracias nórdicas que tanto decimos q admiramos.

— Ana Pastor (@_anapastor_) 17 de abril de 2016

Si dar voz a un terrorista es estar más cerca d democracias nórdicas entonces yo las prefiero cuanto más lejos mejor https://t.co/KqvznIStSm

— javiersobrevive #RED (@jsobrevive) 18 de abril de 2016

En primer lugar pienso que ser periodista de éxito o es muy fácil o es que esta chica tiene muchos padrinos, porque no me lo explico. El símil y la justificación no los encuentro por ningún lado. Me pregunto qué tendrá que ver las sobrevaloradas democracias nórdicas con que se entreviste a un terrorista por televisión. Si, sobrevaloradas democracias nórdicas, países con unos impuestos que dan miedo, plagadas de buenismo y que al final todos acaban medio locos porque no ven el sol. Las democracias nórdicas cuyas mujeres están sufriendo violaciones en cadena a manos de islamistas y cuyas autoridades lo ocultan para que no cunda el pánico y seguir con esas extrañas convivencias interculturales que van camino de acabar fatal.

A mi las democracias nórdicas no me dan ninguna envidia, querida Ana Pastor. A mi la democracia que me da envidia es la americana, impuestos bajos y viven mejor que los nórdicos que pagan barbaridades. Y no sólo eso, además gente como Otegui, terroristas, secuestradores y asesinos sólo salen de la cárcel cuando para lo único que tienen edad es para jugar al tute y beber manzanillas. Esas son las democracias que me dan envidia. Una democracia, como la nuestra, en la que un terrrorista sale de la cárcel y enseguida es entrevistado por televisión para limpiar su imagen me da otra cosa: me da asco. Y la cadena que le entrevista y los periodistas que lo justifican con bobadas me dan todavía más asco.