Poca gente se dará cuenta puesto que este blog, y yo mismo, somos muy poco importantes para que nadie nos tome en cuenta. He sido votante del PP toda la vida, pero también he sido muy crítico durante estos cuatro últimos años con las políticas del PP, y en especial con sus mentiras. Es evidente que el PP ha incumplido, casi totalmente, el programa con el que ganó las elecciones generales de 2011.
Hay muchos motivos para criticarles, y yo lo he hecho. Pero también he dicho algo desde el primer día que Rajoy fue investido, la izquierda no le va a pasar ni una, tengan culpa o no la tengan. Desde el mismo momento en que Rajoy fue investido presidente los ataques han sido continuos, hasta por los motivos más peregrinos. Es más, muchos de los líderes políticos de la izquierda (incluido Rubalcaba en su momento) han hecho apología para intentar desbancar del poder al PP de la forma que fuera (sic).
Me parece legítimo que un partido político intente llegar al poder, pero no todo vale. Llevamos cuatro años con pequeños golpes de estado encubiertos y camuflados, por parte de la izquierda, para intentar conseguir así lo que no son capaces de conseguir en las urnas. Ese hecho, viniendo de quien viene, no me sorprende en lo más mínimo. Las ansias de poder de la izquierda y, sobre todo, su no saber perder habitual les precede. Han utilizado cosas sin sentido para conseguirlo y, de momento, ahí siguen, perdiendo elecciones.
Hace hoy tres años tuvo lugar uno de los accidentes ferroviarios más terribles que hemos sufrido en España, el del Alvia de Angrois, en el que murieron 81 personas. Hoy toda la izquierda se moviliza para criticar al gobierno, del PP, también por un accidente. Ya lo hicieron en su momento con el Prestige, con el 11M...y lo harán siempre que puedan, tenga o no tenga que ver el gobierno, porque lo que no tiene la izquierda es un mínimo de decencia. Su afán de poder justifica los medios para conseguirlo, por muy injustificables que estos sean.
Los accidentes son siempre accidentes. Si nos pusiéramos a buscar culpables con cada tragedia que sucede a lo largo de los años tocaría a todo el mundo, gobiernos centrales, comunidades autónomas y ayuntamientos. Unas veces gobiernan unos, otras gobiernan los otros, pero accidentes siempre hay y los habrá. Los árboles siguen perdiendo ramas que matan gente en Madrid y ahora está Manuela Carmena. Habría que tirar de hemeroteca para leer qué decían, cuando gobernaba Ana Botella, los que ahora dicen que los árboles también mueren.
No hay comentarios: