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María



La luz del sol entraba con una terrible fuerza por la habitación. No era eso lo que más le molestaba a María, era su terrible dolor de cabeza y el calor que ese sol le estaba provocando. Miró a su lado, pero la cama estaba vacía, Carlos no estaba. Por un momento pensó que estaría duchándose, o desayunando abajo. Pero después se dio cuenta que no sería así, conociendo como había conocido a Carlos aquella noche estaba segura que se habría ido. Probablemente no hubiera querido inmiscuirse más de lo que ya estaba en su matrimonio y habría continuado su ruta. Estaba todavía desnuda y sin taparse, hacía demasiado calor, pero todavía era capaz de sentir los olores y la intensidad de aquella noche, todavía era capaz de sentir el éxtasis al que Carlos le había llevado. 

Tenía una extraña sensación, por la noche y a pesar de su borrachera pensó que al día siguiente se arrepentiría de todo lo que estaba haciendo, pero no era así. Se sentía muy bien a pesar de la resaca, se sentía libre y satisfecha. Con una extraña sensación que hacía mucho que no sentía, con una extraña sensación que, en realidad, tenía la impresión de no haber tenido nunca. Tampoco estaba satisfecha del todo, Carlos se habría ido. De haber estado allí todavía le habría convencido para que se quedara más tiempo, le habría convencido y eso es algo de lo que ella estaba completamente segura. Recordando la noche anterior le asaltaba otra vez el deseo, si Carlos estuviera todavía allí le habría pedido que se lo calmara de nuevo.

De pronto miró a su alrededor y vio el estado en el que estaba toda la casa. Patas arriba, sucia, con ropa tirada por todas partes y con un olor a vino del día anterior. Decidió que era ya el momento de levantarse, de ponerse en marcha de nuevo. De hacer lo que siempre hacía, a diario, ocuparse de la casa, de que todo estuviera en orden. Pero hoy se sentía diferente, quería que algo fuera cambiando con respecto a su vida anterior, a la anterior a la última noche. Por primera vez en mucho tiempo se había sentido deseada y complacida. Por primera vez en mucho tiempo se había sentido completamente plena, en lo que respecta al sexo. Había disfrutado de una forma que no lo había hecho nunca o que, por lo menos, ella no recordaba. Se sentía bien y sentía que el problema con Juan lo podría afrontar incluso de otra manera. La ruptura ya no le daba el mismo miedo, la reconciliación y el perdón tampoco. Carlos le había demostrado que aún seguía siendo una mujer, con todo lo que eso representa, y no un complemento de otra persona. 

Juan siempre le había dado todo hecho, nunca tuvo que preocuparse por nada. Siempre había tenido unos buenos ingresos de su trabajo y no había habido necesidad de que trabajara ella. Eso estaba muy bien, pero a ella le hacía sentirse todo aquello como una especie de mueble con la preocupación, además, de lo que pasaría si algún día él faltase. Carlos le había demostrado muchas cosas en poco tiempo. Muchas cosas de ella misma, muchas cosas que incluso ella misma desconocía sobre si misma. Eso le hacía sentirse feliz y plena en ese momento, a pesar de todo. A pesar de Juan, a pesar de la amante de Juan y a pesar de la pequeña hija de Juan, hacia la cual solo sentía una enorme ternura.

Y de repente surgió Juan en su cabeza. ¿Qué sería de Juan? ¿Donde habría ido? ¿Donde habría pasado la noche? Debía seguir recogiendo todo aquello, no le gustaba nada ver la casa así, además se hacía gracia a sí misma viendo su reflejo en el espejo, viendo como estaba recogiendo todo completamente desnuda. Hasta eso le hacía sentir bien a María esa mañana. Hasta algo que a cualquiera le hubiera parecido una estupidez a ella le parecía entonces una liberación. 

¿Y Carlos? ¿Le volvería a ver? Ella no tenía ninguna duda al respecto, le quería volver a ver fuera como fuera. Estando en la situación que estuviera con respecto a Juan. Pero en realidad se daba cuenta que no sabía prácticamente nada de él. Ni siquiera él le había pedido su teléfono, aunque supiera donde vivía. Ella no sabía ni su teléfono, ni donde vivía, ni donde trabajaba, no tenía forma de localizarle. Ese fue el único momento desde que María se despertó que le hizo pasar por una cierta angustia, que le hizo sufrir. De repente su rostro cambió. ¿Y si Carlos no quería volver a saber nada de ella? Sería lógico por otra parte, su situación familiar no era la más adecuada y estaba convencida que él no querría ser ningún obstáculo. Le angustiaba pensar que ella solo hubiera representado para Carlos una aventura de una noche. Se había levantado ilusionada y contenta y poco a poco ella se iba hundiendo con sus propios pensamientos y miedos.

La imaginación y el cerebro van por libre. No hacen lo que nosotros queremos que hagan y muchas veces ven mucho más allá de lo que en realidad hay. Muchas veces generan problemas, donde solo hay soluciones y malas expectativas donde solo hay un futuro cierto. Eso le estaba pasando poco a poco a María pensando en Carlos. Tenía miedo de haber sido solo una aventura de una noche.

Mientras pensaba todo esto y recogía exclamaba ante los cientos de papeles que dejaba Juan por la casa con pequeñas notas. Siempre apuntaba las cosas así y cuando no le servían las iba dejando por el primer sitio que encontraba de la casa. Ella ni miraba, los tiraba todos directamente a la bolsa de la basura. Todos, los tiró todos, también la nota de Carlos.

Continua


Hogar es donde quiero estar 
Levántame y hazme girar
Me siento adormecido - quemadura con un corazón débil 
(Así que) supongo debe ser la diversión 
Cuanto menos se diga al respecto, mejor 
Hazlo a medida que avancemos 
Pies en la tierra 
Cabeza en el cielo 
Está bien lo sé nada malo. . nada 

Hola tú tengo mucho tiempo 
Hola tú te brillan los ojos 
Y estás parada a mi lado 
Me encanta el paso del tiempo 
Nunca por dinero 
Siempre por amor 
Cúbreme dí buenas noches. . . dí buenas noches 

Hogar - es donde quiero estar 
Pero creo que ya estoy allí 
Llego a casa -, ella alzó sus alas 
Supongo que este debe ser el lugar 
No puedo distinguir una de otra 
¿Te encontré, o tú me has encontrado? 
Hubo un tiempo antes de nacer 
Si alguien pregunta, allí estaré. . . allí estaré

Hola tú que entran y salen 
Hola tú canta en mi boca 
Fuera de todos esos tipos de personas
Tienes una cara con una vista
Sólo soy un animal en busca de un hogar 
Comparten el mismo espacio por minuto o dos 
Y tú me amas hasta que mi corazón se detiene 
Ámame hasta que muera 
Ojos que se iluminan, ojos miran a través de ti 
Cubre los espacios en blanco 
Me golpeó en la cabeza ah oh

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