¿Y tú que estabas haciendo el 11 de Septiembre de 2001?

Creo que no hay nadie que pueda olvidar qué es lo que hacía en un día como ese. Hay cosas que quedan marcadas en la vida. Como ver en directo esa imagen del segundo avión estrellándose. Recuerdo perfectamente ver como las personas se tiraban desde el edificio al vacío. ¡Cuán terrible debía ser estar allí dentro, como para elegir morir lanzándote al vacío! Lo recuerdo todo, pero lo que más recuerdo, lo que no se me olvidará en la vida fue la frase que dijo la señora de la limpieza de nuestra oficina: "¿Que no ha pasado en España? Ah, pues entonces, ¿qué más da?"

Me quedé directamente alucinado con la ignorancia y el desprecio por la vida del prójimo que podía llegar a tener un ser humano. No voy a entrar a su forma de valorar la vida en función a que fuera en España o no lo fuera, años más tarde lo vivimos por desgracia en nuestras propias carnes. Lo que si que me voy a parar a pensar es en la importancia que han tenido estos atentados en nuestro futuro. Han vuelto nuestras vidas del revés como un calcetín.

La mía ha cambiado por completo. Empezó el cambio con el 11 de Septiembre de 2001, pero lo que lo remató, en cuanto a mi vida se refiere, fue el 11 de Marzo de 2004. Esto es el mayor cambio que yo he notado desde los atentados del 11 de Septiembre de Nueva York. Antes parecía que no, pero ahora los atentados terroristas son tan graves, grandes y globales que influyen en nuestras vidas de una forma muy directa. Las cambian y, en lo que al atentado de Nueva York se refiere, ha cambiado el mundo tal y como estábamos acostumbrados a verlo.

Aún así todavía hay gente que nos vende buenismos y negociaciones absurdas con quien es capaz de matar a gente por centenares. Idiotas adoctrinados o financiados, pero idiotas y traidores al fin y al cabo. El enemigo es común y probablemente solo abran la boca y se pongan en contra cuando les toque a ellos directamente. Porque estos son solidarios y comprensivos mientras no les toque la desgracia. Otros, aunque no nos haya tocado directamente, no esperamos a que nos pelen las barbas. Lo hacemos cuando vemos que han pelado las de nuestro vecino.