El "no sabe usted quién soy yo" pone cachondos a los podemitas
Está claro, si hay algo que gusta a los que siempre han presumido de ser "antisistema" es subirse a lo más alto del escalafón del sistema. En el sistema hace calorcito, en el sistema uno se codea con el poder, del que lo único que detesta es que esté un escalón por encima de él. En el sistema se trabaja poco y se gana mucho, en el sistema estás por encima del bien y del mal y, sobre todo, estando dentro del sistema siempre tendrás a alguien por debajo a quien mandar.
Dos diputados de Podemos, Jose David Carracedo e Isidro López, asistieron el pasado sábado a la okupación de un edificio abandonado en el centro de Madrid. Ante la llegada de la policía y la solicitud por parte de estos de la documentación, los dos diputados de Podemos sacaron su acreditación parlamentaria exigiendo a los policías que se cuadraran ante ellos y recriminándoles que desconocieran las leyes y su condición de aforados. Soltaron también la ya archi conocida y antigua frase del "no sabe usted con quién está hablando".
Esto, que parecería casualidad, no es tal. Uno de ellos ya avisaba antes del acto por Facebook con que predisposición iba a asistir al "selecto evento". A Podemos le huele a casta y a trama hasta el último pelo del sobaco, pero no se crean que esto les produce el menor de los sonrojos, no, les gusta, les pone cachondos porque además sus alienados fieles se lo permiten y se lo justifican todo.
A esta casta de nuevo cuño le gusta más estar dentro que a los que ya estaban hace años, que ya es decir. Criticaban a la casta cuando no estaban ellos pero ahora, como ya lo están, se han tenido que inventar una nueva palabra, la trama. Esta palabra es mucho más generalista y les viene mucho mejor en los últimos tiempos, ¿cómo van a criticar a la casta y a rodear el congreso si están ellos dentro? ¿Y si rodean y se da la casualidad de que alguno cae por fuego amigo? No, eso no puede ser. Ahora son anti-trama, pero de la casta del "no sabe usted quién soy yo", que eso mola y les pone hasta cachondos.
Solo les falta tener en sus casas de asistenta a una Gracita Morales contestando al teléfono: "El señorito no se encuentraaaaa" y al fondo del pasillo apareciendo el podemita con batín, pantuflas, una pipa y sus greñas: "Deje, deje, Fermina, que ya me pongo..."
A Estas escorias podemita seguro que les hubieran entrado diarrea por las patas abajo si el policía saca la pistola y se la mete en la boca y le pregunta: ¿ Y Tu sabes lo que te estoy metiendo?
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